Ya estamos otra vez, como siempre. La noche es la misma y tú apareces como un fantasma, así, sin avisar. Ya ni siquiera me pides permiso y yo me enojo, ¿sabes?, porque no tienes derecho a invadir mi soledad.
Sí, lo sé. No lo haces aposta. Quizás soy yo quien te obliga a aparecer y a retenerte en mi memoria. Pero ya sabes… es difícil. Tú lo sabes muy bien, quizás mejor que yo, no lo sé y tampoco quisiera saberlo. La ignorancia es el calmante, aunque la incertidumbre queme por dentro.
Y aquí estamos de nuevo, sin saber qué decir. Tú me explicas pero yo ya apenas te entiendo y perdóname, pero no te puedo dar una respuesta. No la encuentro. Quizás de tanto que la he buscado ya la di por perdida.
Hazme un favor. Abre la ventana y mira ahora el cielo. Ese cielo que es el mismo para todo el mundo. ¿Ves? Ese color intenso me recuerda tanto a ti… es frío, es ausente y es oscuro… pero a la vez brillante por sus miles de estrellas…
A veces lo observo durante un rato con temor. Es tan inmenso… tan desconocido… pero a la vez tan atrayente…
Espero que hoy regreses a tu rinconcito. Ahí, donde a veces te suelo dejar para que pases desapercibido. En la oscuridad del cielo, en la claridad de mi mente…
Sí, lo sé. No lo haces aposta. Quizás soy yo quien te obliga a aparecer y a retenerte en mi memoria. Pero ya sabes… es difícil. Tú lo sabes muy bien, quizás mejor que yo, no lo sé y tampoco quisiera saberlo. La ignorancia es el calmante, aunque la incertidumbre queme por dentro.
Y aquí estamos de nuevo, sin saber qué decir. Tú me explicas pero yo ya apenas te entiendo y perdóname, pero no te puedo dar una respuesta. No la encuentro. Quizás de tanto que la he buscado ya la di por perdida.
Hazme un favor. Abre la ventana y mira ahora el cielo. Ese cielo que es el mismo para todo el mundo. ¿Ves? Ese color intenso me recuerda tanto a ti… es frío, es ausente y es oscuro… pero a la vez brillante por sus miles de estrellas…
A veces lo observo durante un rato con temor. Es tan inmenso… tan desconocido… pero a la vez tan atrayente…
Espero que hoy regreses a tu rinconcito. Ahí, donde a veces te suelo dejar para que pases desapercibido. En la oscuridad del cielo, en la claridad de mi mente…
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