Y me dices: "Ven aquí" , mientras me miras fijamente con brillo en los ojos y sonrisa cómplice.
Y me atraes hacia ti, sujetando mi mano, mientras entrelazas mis dedos con los tuyos sin apartar tus ojos intensos y dominantes de los míos. Y yo me dejo llevar como hipnotizada, vacilante, aturdida por el sugerente olor que la brisa me atrae de tu cuello. Y mi pulso se acelera y los latidos sobrepasan el ritmo de la normalidad. Pero tu seguridad me tranquiliza. Pareces entenderme, y rodeas con tu brazo mi cintura mientras separas mis dedos de los tuyos para acomodarlos en tu cuello; liso, varonil y apetecible.
Y dejas caer tu frente sobre la mía mientras tus manos acarican mi cintura que, absurdamente, lucha contra tus ganas de atraerme hacia ti. Y tras otro ridículo intento de separarme, me aprietas con más fuerza, impidiendo que me aleje de ti. Y eso me gustó, porque entendí la intensidad de tu deseo...
Y dejas caer tu frente sobre la mía mientras tus manos acarican mi cintura que, absurdamente, lucha contra tus ganas de atraerme hacia ti. Y tras otro ridículo intento de separarme, me aprietas con más fuerza, impidiendo que me aleje de ti. Y eso me gustó, porque entendí la intensidad de tu deseo...
Que bonito Tina... ojala el amor fuera así siempre ... que por desgracia cada día hay mas vicio y menos amor .... :(
ResponderEliminarPues sí mi niño! Ojalá algún día pudiese llegar a sentir lo mismo que siente la protagonista de esta historia. Realmente como bien dices, cada día hay más vicio y menos sentimientos. Un beso!
ResponderEliminarVen aca p'aca...
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