Blog de Tina

"Pensamientos y reflexiones de una mente divagada..."

viernes, 27 de noviembre de 2009

Egoísta, individualista y asesino. Así es el ser humano


Sí. Lo sentiste tanto como yo. Lo sé y lo noto porque tus actos están muy atados a mi voluntad. Como dos marionetas manejadas mutuamente y dos muñecos para hacer vudú en manos de quienes más te quieren y los únicos que podrían hacerte sufrir. Nosotros mismos.

Dicen que todo es pasajero, que el tiempo lo cura todo. Pero el desgarre del alma y la perforación en el pecho te dejan marcas, cicatrices que te hacen recordar de una forma dolorosa dónde te dañaron.
A veces queremos moldear siluetas imposibles cuando nos damos cuenta que no tenemos barro. Flotamos en el ambiente inexistente del sentir mientras las cadenas y los hilos que cosieron tus labios te recuerdan, que no puedes volar, y que esa historia por contar, jamás será escrita.
Egoísta, individualista y asesino. Así es el ser humano que se preocupa por sí mismo sin importarles lo que los demás sientan.
Nos hacemos daño los unos a los otros asesinándonos una parte de lo que permanecía en nuestro más profundo ser. Obviando el sentimiento mutilado que le ocasionamos a los demás.
Menospreciamos, rechazamos y en ocasiones, nos burlamos de personas que nos vamos encontrando a lo largo de nuestra vida y dañamos así su integridad humana. Intencionadamente o no, asesinamos los sentimientos de los demás y no por ello somos menos asesinos que los que están en la cárcel por asesinar físicamente a otro ser humano.
Quizás el asesinado que muere físicamente no sufrirá las heridas tras la muerte, pero aquel que es asesinado psíquicamente vive torturado y moribundo en vida.
Quizás a veces nos ocurre que nos hieren y nos asesinan porque lo merecemos. Un castigo tras haber asesinado nosotros también a otras personas. Porque cuando dañamos psicológicamente a alguien las aniquilamos por el resto de sus días y las condenamos a que aquella parte que se vio dañada no reviva nunca más.
Todos hemos sido dañados pero también hemos dañado a los demás, por lo tanto, todos nos hemos asesinado, los unos a los otros. Delincuentes en la vida de los demás, es lo que somos. Pero solo nos damos cuenta de ello cuando el daño se produce en nosotros, no nosotros en los demás. Egoísta, individualista y asesino. Así es el ser humano.

“No hay mal que cien años dure y cuerpo que lo resista”

Orgullo de mujer...

    Cuando le dices y no le gusta. Cuando haces, rehaces y le rematas. Amarga rabia placentera que envenena sus sentidos y le exhortan a la dulce y sabrosa venganza de hacerte sufrir hasta los más puros límites del dolor y la angustia. Sí. ¿Por qué negar la satisfacción y el gozo que genera saborear tus lágrimas mientras el puñal atraviesa tu sensible corazón?

    Sed de venganza por el orgullo de un despecho de mujer que se alimenta de ideas y pensamientos que sutilmente llevará a cabo mientras su víctima goza de la victoria creyéndose así haber vencido y conseguido lo que deseaba. Su atención.

    Fervor cuando te ve arrastrado y afligido por los látigos de sus desprecios. Hundido y abatido rogándole tan sólo una mirada para aliviar tu dolor y tu pena. Pero ella se hace más fuerte cada vez que tú respiras con agonía.

    Jamás entregues a una mujer a los brazos del orgullo. Porque no hay nada más temido que un demonio disfrazado de mujer…

Abrázame...


Abrázame, como si de verdad me quisieras. Abrázame lento y despacito mientras rompo el cristal de mis ojos. Susúrrame palabras que llenen mi alma, como fidelidad, futuro y compromiso. Acurrúcame en tus brazos mientras mis lágrimas rocían en tu pecho. Siénteme cerca, tan cerca…y a la vez tan lejos, porque sé que te irás. Tararéame una dulce melodía mientras grito en silencio para calmar mi ansia. Recarga tu cabeza sobre la mía y dime que el sol no ilumina el día y que la luna no brilla en la noche. Miénteme.
Miénteme y abrázame solo una vez más y esta vez no digas nada. Toma mi rostro entre tus manos y sonríeme a la vez que tus ojos me miran para volver a mentirme. Sí. Miénteme otra vez, sólo una vez más y hazme feliz demostrándome que me quieres. Porque no hay herida más dolorosa que la del corazón, ni corazón más aliviado por tus mentiras. Porque no duele más el tacto de tu mano en mi mejilla sino la verdad que proclaman tus labios…Abrázame…